De sus leyendas y tradiciones…
Antes de que el Lago de Atitlán creciera, había solo un charco. Unos ángeles vinieron y quisieron cubrirlo de tierra, para eso, cortaron la punta al volcán Atitlán. Cuando traían el pedazo de volcán, se cansaron; decidieron tomar un pequeño descanso, dejaron el pedazo por tierra y cuando quisieron levantarlo, no pudieron; ya estaba sembrado. Se quedó ahí y se hizo cerro; es la punta del volcán Atitlán que ya no se movió. El charco se puso a crecer y a crecer y se hizo lago, la gente lo llamó Lago de Atitlán y a ese pedazo sembrado abajito lo llamaron “Cerro de Oro” su silueta se aprecia desde el poblado Cackchiquel de Santa Catarina Palopó tiene presencia en la literatura, dentro de uno de los cuentos más leídos en el mundo “El Principito”. Este cerro fue inspiración de su autor, Antoine de Saint-Exupéry.
Las vistas panorámicas desde sus orillas son, indudablemente, memorables. Imposible que una fotografía haga honor a la experiencia. La visita y recorrido por sus poblados permiten una vasta gama de vivencias culturales y atracciones naturales.